domingo, 11 de noviembre de 2007

Transistasis

Tengo en el alma una baranda en sombras.
A ella diariamente me asomo, matutino,
a preguntar si no ha llegado carta;
y cuántas veces
la tristeza celebra con mi rostro
su ópera de nada.
(Juan Gonzalo Rose)

Yo soy el Adán que de tu pecho respira,
que descansa en el ábrego de tu vientre.

Del silencio me convoco
y con la noche de argumento
desaforo la piedad que me sobrevive.

Yo soy el Adán que te reclama
y que rinde su imperio
ante tu ejército de corales.

De mi reino queda poco,
sólo el Adán que se escoce
y que proclama de tu vientre
la cuna de mi nombre
.

Yo soy el Adán que ha regresado
para amasar el génesis interrumpido,
sin aliento, sin latidos.

No hay más Adán que el que tengo
bajo el torso desangrado.
Ve y asola las catedrales del silencio
que yo esperaré escondido en los sausales.

Y mientras tu lanza me atraviesa el suspiro
descubrirás que soy el Adán que sólo muere
cuando descubre que te vas sin mirarme.

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